Soy un hombre joven, unos 24 años, vivo el día a día como todos. Hace un tiempo comencé a darme cuenta que esto de la vida no es para mí. Cuando salgo veo gente de mi edad paseando, sonrientes, de la mano de sus parejas, o simplemente rodeados de sus amistades. Sin embargo, parece que yo soy la excepción a esa regla, pues pese a que intento ser feliz, nadie me quiere, la gente sólo se acuerda de mí cuando necesitan que les de consejo o que los escuche o para pedirme algún favor.
Parece ser que nadie se da cuenta de que, por muy duro que pueda parecer, soy un ser humano falto de cariño, ya sea fraternal, familiar o amor de pareja; y de que, aunque no parezca posible, tengo mi pequeño corazón. Siempre he ansiado que haya alguien que me aprecie por como soy, pero en esta sociedad no me siento incluido, cada día que pasa me levanto con más ganas de acabar con esta vida absurda y llena de decepciones, pues si nadie va a apreciar lo que soy estando vivo, tal vez se den cuenta con mi marcha.
Si pudiese volver en el tiempo para cambiar algo, cambiaría el hecho de mi nacimiento, nadie lo notaría y yo me ahorraría esta amarga vida.