Oh mi musa! Descabellada es la idea de eludir tu belleza.
Cuan verdad puede ser la razón de tu pesar; obvia las maneras necesarias pero no engañes este corazón pagano.
Si he de vivir con libertad
preferiría anunciar una vez más
la llegada inesperada de este amor.
No podría más,
no debería lamentar tal sentimiento
que exhala una conspiración subjetiva de ti.
¡Oh mi bella musa! Dime dónde encontrar la latitud de tu magnitud.
Creer en tu mirada que en cierne corazones;
que me da por contagiar inhóspitamente
la vida al comienzo de otra.
Quedo con el toque célebre;
tanto que no podría expresar
con palabras este sentimiento.