Amor, estuve tanto tiempo sin ti, deseando tenerte a cada instante, pensando dónde estarías, si acaso estabas sola, si tú también me buscabas, si te reconocería solo al observarte. Invertí tanto tiempo pensando en posibilidades, calculando probabilidades; sollozando por dentro, suspirando por fuera, gritando al viento un nombre que no sabía y caminando a un sitio que no existía.
Estuve tanto tiempo sin ti que mi tristeza se convirtió en melancolía y la soledad en mi sombra, se aferraron a mí tan fuerte que dejé de luchar en su contra y al final terminé por acostumbrarme a ellas, aún más que al calor del verano o al frío del invierno. Las llevé conmigo a todas partes; al trabajo, la escuela, cuando me ejercitaba, cuando trasnochaba. Entonces, poco a poco la melancolía me dio inspiración y la soledad se volvió mi compañía. Ambas me dieron tantas cosas bellas que observar, muchas ideas por pensar, bastantes cosas por decir.
Estuve tanto tiempo inventando historias, escribiendo poemas, cantando canciones; nos encontrábamos por casualidad, en un bello parque o una tranquila plaza, imaginaba que te diría, si es que acaso me corresponderías, algunas veces me obsequiabas una sonrisa eterna, otras veces un inolvidable beso, raras vez te quedabas conmigo… la mayoría no te podía retener.
Estuve tanto tiempo sin ti que dejé de pensarte, pero el destino le encanta jugar con nuestras vidas, llegaste sin previo aviso, con amor a manos llenas, con belleza inigualable, miles de besos y millones de caricias. Me hiciste muy feliz sin detenernos siquiera a pensarlo, fue más fácil de lo que imaginamos porque esta vez tú eras la indicada. ¡Oh, mi nuevo amor!
Estuve tanto tiempo sin ti que dejé de reservarte un espacio en mi vida, mi melancolía y mi soledad ya lo ocupaban todo, por eso tuve que dejarlas para no perderte, por eso ahora soy una persona diferente.
Mi familia y mis amigos me felicitan, dicen que ahora soy mejor, que estoy motivado, mejor acompañado y que me veo muy feliz a tu lado. No me malinterpretes, concuerdo con ellos, me siento mejor, definitivamente soy mejor, pero no me siento yo mismo, no el mismo que fui por muchos años, no el mismo que fui mientras estuve sin ti.
Ahora que te tengo a mi lado hay veces que extraño mi tristeza, parece incongruente… lo sé, es como vivir a un lado de un río y tener ansias por sentir la sed, pero estoy seguro que tú también lo has notado, hay un vacío en mis pensamientos y en mi imaginación, ya no busco la Luna por las noches ni encuentro la inspiración durante las madrugadas. No soy más aquel romántico, el bohemio, el que escribe, el que canta; tuve que dejarlo todo para convertirme en aquel que ama.
Estuve tanto tiempo sin ti que ahora que soy feliz no me acostumbro a ello, me siento como alguien que ha puesto mucha azúcar al café que siempre ha tomado amargo. Sé que no lo comprendes, es solo que te deseé tanto tiempo que ahora me es extraño vivir sin ese deseo, no conozco el amor como llegué a conocer la tristeza y hay días en los que extraño la soledad como se extraña a un hermano.
De nuevo, no me malentiendas, te amo con toda mi alma, pero hay veces que mi cuerpo me traiciona, mi mente se confunde y mi corazón duda.
Amor, te pido un poco de paciencia, estoy absolutamente seguro que también puedo acostumbrar a ser feliz.