No me mal entiendas. Eres como una vieja lesión de esas que vienen a traer dolores de vez en cuando. Como para tocar las cicatrices que hace tanto sanaron.
Eres también como el final del día que ilumina mi camino de tardes rosas, pero siempre termina en cielos oscuros sin estrellas.
Eres como la estrella más brillante del universo que, de alguna forma logra trascender en el tiempo para seguir encendiendo en esta persona las más puras pasiones, así como la motivación de mis días.
Eres un como un poeta anónimo, despertando emociones e historias entrelazadas, pero que niego dar un nombre porque si osara en admitir que eres el autor de toda esta locura, yo tendría que reconocer que pasaste por mi camino y dejaste una huella que no se borra con las olas de lágrimas saladas.
Tanto eres tú que no te das cuenta. Deambulas en mi vida y no te das cuenta.