Rondas por las aceras en la noche,
como fiera al acecho buscando carne,
es tu rutina frecuentar fiestas y bares
con tu disfraz bañado en timido aire.
Centras tus ojos en quien te interesa,
hipnotizas con tu mirada y la llamas,
tu táctica nunca falla, ella se acerca,
la seduces dejándote besar y llevar,
sin mostrar nunca tu real naturaleza,
al calor de los alientos se incendian,
se marchan buscando su privacía,
un discreto motel donde desfogarse,
para ahogarse y poseerse piel a piel,
él la lleva lentamente al éxtasis,
con su boca delinea su cuerpo,
la hace estremecerse del deseo,
experto en el arte de la pasión,
la hace suplicar que la posea,
conocedor de singular maestría,
notoria herramienta su hombría,
cual hierro candente arremete,
y frenética en su vaivén posee,
haciéndola gemir sin tregua,
con locura sin igual se arquea,
cabalgando libre y posesa,
hasta contraerse de placer,
apresando su virilidad,
que en tibio lecho la baña,
inundada de jugo candente,
que su fogoso amante,
desborda delirante.
20/09/16
J. Ferrer
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