Amor:
Aunque sé que tengo el derecho de autodeterminación
-enamorarme libremente de quien quiera y de cambiar
libremente de amor cada vez que quiera-
quiero otorgarte a ti, libremente,
el derecho de intervenir en todos los asuntos de mi corazón,
sin considerarlo una invasión a mi intimidad,
pues he decidido amarte indefinidamente…
Y no quiero cambiar.
Puedes calificarme en cualquier sentido,
-así adoptes una postura favorable o desfavorable-
que yo no lo consideraré una intervención indebida
ni una práctica denigrante.
No necesito el reconocimiento de nadie;
pero, al contemplar tu fotografía, me doy cuenta
de que sí necesito del reconocimiento de tu amor:
de que reconozcas que me amas tanto como yo a ti…
aunque vaya en contra de la Doctrina Estrada
de mi corazón.