No puedo quejarme del día que tuve hoy, en otras palabras diría que fue entre grandioso y a la vez nostálgico. Pude conversar contigo, pero no como quería; te dejaré tranquila y no volveré a insistir jamás. He fallado hablando contigo muchas veces, y me duele decirte adiós. Fui yo quién tomó la iniciativa de hablarte, pero creo que ya nunca más me hablarás y me quedaré tranquilo pero te diré una cosa, algo que pensaba decirte hace mucho tiempo. Estoy enamorado de ti. Te importe o no quiero que lo sepas... aunque nunca puedas leer esto. Solo no quiero que seamos amistades y que nos ignoremos a pesar de que tenemos algún que otro recuerdo en común. Me arrepiento de no haberte dicho esto en el debido tiempo y es algo que guardaré conmigo para toda la vida. Quisiera que me hables pero por gusto pediría que lo hagas, siempre me quedaré con las ganas de haber sido tu compañero de vida, o al menos hasta que quede como un recuerdo más de la adolescencia.
Por ahora no pienses en mí aunque, sé que nunca lo has hecho, y si lo haces imagina que solo soy un niño caprichoso que se enamoró por primera vez. Un niño que escribe en su diario sus mejores sueños; que nunca se harán realidad, y quedarán como simples letras que narran una historia sin sentido alguno llena de ambición y desesperación. Adiós