Andrea Torres Ríos,
te estoy imaginando sentada en la luna,
tu bello rostro se refleja en las gotas de rocío,
y la inmensidad de tu belleza me abruma.
No te conozco,
ni tu me conoces,
pero si tu quieres yo podría hacer que con las aguas de agosto, con pura felicidad y alegría te mojes,
También podría poner todas las estrellas del cielo, en la luz de tu mirada,
y desviar hasta tus pies todo el agua de mi riachuelo, para que bebieras unas gotas de mi alma enamorada.
He puesto unos latidos de mi corazón,
en este hermoso poema,
al escribir cada letra aumentó mi palpitación,
y al pensar en ti la sangre volvió locas mis venas.
Te regalo una rosa invisible,
la cual corté del jardín de mis sentimientos,
en cada pétalo va una gotita bebible,
la cual puedes beber al cerrar los ojos y escuchar el viento.
Acepta este humilde detalle,
como sí fuera la flor más hermosa,
riegala con el agua de los ríos de tu valle,
si lo haces cada letra se convertirá en una bella mariposa.