Mi felicidad está medida por momentos de plena alegría y bienestar ya sean largos o cortos, pero hay que tener presente que no es eterna ya que es necesario que sea así para combatir el dolor desde antes de ser atacados, pero y si lo fuera... ¿La vida tendría algún sentido? ¿Sabrías si eres feliz?
Felicidad eterna es sinónimo de ignorancia infinita, de nula superación y de falta de madurez.
Todas estas características de grandeza se consiguen de una única forma, con el sufrimiento en todas sus connotaciones. Llorar te ayuda a madurar y a liberarte, mostrarte cómo eres, un ser humano. El dolor te permite obtener la satisfacción de superarte al levantarte de ese golpe al igual que obtener un periodo de concentración personal, ese que necesitas de vez en cuando y que nunca viene mal para descansar del exterior, centrarse en el origen de lo externo, lo interno, si cambias ese interior podrás producir un cambio en el exterior. Tu felicidad, no se mide sólo con la de una persona, se mide con la de todas y si deseas de verdad conseguir esa satisfacción, ayuda a tu comunidad, a tu pueblo, a tu ciudad, al país, al continente, al mundo, a tu hermano de España, de USA, de Australia, de Japón, del Congo.
La felicidad es una media de objetivos cumplidos gracias a las caídas de las que te distes golpes pero tuviste la valentía de curarte, a las acciones que realizas para cambiarte a mejor, con ese objetivo oculto que siempre tenemos e incluso hacemos sin darnos la mínima cuenta, cambiar el mundo con la fuerza individual. Si unes tu pequeño granito de arena, de cambio, de felicidad, conseguirás ese sueño de alegría eterna, la felicidad del mundo, por lo tanto la tuya.
Pero siempre recuerda que todo, todo, se acaba.