No, los amigos no existen,
son una abominación,
una estúpida ley social,
esas personas que crees amigos,
van y vienen, y te olvidan al instante.
Pero entonces me volví a un lado,
ahí estaba ese idiota, como siempre estuvo ahí,
desde el preescolar hasta hoy, la universidad,
ese idiota no es mi amigo, es mi hermano,
aunque no de sangre.
Me pasó las tareas de matemáticas,
y pasaba más tiempo en mi casa que en la suya,
tuvimos peleas tontas, pero lo lindo aquí
es que seguimos juntos. ¿O no?