3:15 a.m. ¡Lo siento y no lo quiero creer! Increíble que más de un par de décadas hayan pasado y siga despertando a estas horas por el sobresalto de la misma pesadilla, sentir que aún escurren lágrimas por mis mejillas como recordatorio de que la emoción sentida sigue siendo tan poderosa ¡que sí! me puede hacer llorar hasta estos tiempos.
A la nueva y madura persona, mamá que soy hoy, después de unos minutos de estar despierta y de terminar de llorar conscientemente en esos primeros segundos en los que uno despierta aún con miedo tratando de separar la realidad del sueño trato de convencerme que esta horrible experiencia de soñar de nuevo que soy estudiante de primaria ya no existe ni se repetirá jamás!!!! Que todo ha cambiado, que soy adulta, que todos esos compañeros de clase y maestras NO PUEDEN VOLVER A HERIRME jamás porque hoy soy otra y jamás, jamás se los permitiría Dios. Que difícil me resulta escribir estas palabras sin sentir rabia tal que me aprieta la garganta y es que ¡aunque no recuerdo ni lo que me puse ayer! aún no he podido olvidar CADA UNO de los nombres completos de todos mis compañeros y maestras que me hicieron tanto daño con sus burlas continuas, miradas, apodos, rechazo y groserías cuando era niña.
Aunque no es la primera vez que la pesadilla regresa creo que se hizo latente porque ayer en un centro comercial cuando paseaba con mi familia, quedé petrificada al reconocer en una señora el rostro de mi maestra de quinto grado, mi papá me preguntó: ¿la conoces? Y yo le dije: ¡¡creo que sí adelántense!! Y me quedé parada por allí sin soltarle la mirada, observándola tan cariñosa, feliz cargando a quien parecía era su nieta como si tuviera su consciencia tranquila. (o tal vez la tenga)
Hice lo que sentí en esos momentos: (aunque desde lejos pero frente a ella) le dije (en mi mente desde luego) la rabia que sentía de verla de nuevo por no poder olvidar sus tratos y palabras, que ya habíamos encontrado las miradas y que en caso de que no me recordase le pedía a Dios le diera una de mis pesadillas para que me identificara. Estos, mis tormentos principales a grandes rasgos asquerosos y espero no eternos los quise compartir por primera vez y con toda la vergüenza del mundo para que usted abusador@, burlón@, y personas de esta misma calaña sepan que los comentarios y actitudes que regalan SIN PENSAR a quienes no les agradan ni tampoco pidieron su opinión pueden herir por años.
Hay una película que se llama "otra vez tú" y trata justamente de esto que ha existido por los siglos de los siglos pero ahora tiene el nombre de: "bullying" aunque es una película cómica a personas heridas como yo juro les removerá todo y las hará llorar y claro como es película tiene final feliz y explica que el pasado ya no existe, no debes vivir en el, ya no puede afectarte bla bla bla basura no verdadera (o tal vez olvidable dependiendo la profundidad del daño).
Yo soy esa prueba viviente que aunque el pasado ya se fue sigue afectando tu vida dándote pesadillas de vez en cuando para recordarte que no olvides. En mi caso lo utilizo para sentirme orgullosa de quién soy hoy, recordarme el límite que les doy a las personas, que YO tengo el poder de permitirles cuánto pueden dañarme, que tengo la consciencia tranquila de tener un pasado limpio sin arrepentimientos de haberle arruinado la vida a alguien o peor aún ser su pesadilla.
Padres de familia de hoy AYUDEN y OBLIGUEN a sus hijos a ser mejores personas, no permitan que anden por ahí burlándose o clasificando a los demás recuerden que ellos también son "clasificables" y no les gustará ver a un hij@ llorar por no querer ir a la escuela por miedo o rabia a lo que sus compañeros o maestros puedan decirles.
¿"Cuatro ojos" ó "popotitos" le dan risa? ¿Le gustaría ponerle ese nombre a sus hijos? Si la respuesta es no, le pido que intervenga cuando su hijo cometa una injusticia con quien sea, llame al niñ@ y exíjale una disculpa sincera para quien hirió, haga a su hij@ querido por sus compañeros, que lo extrañen en las vacaciones, que lo inviten a las fiestas, que lo quieran en sus casas y que tengan automáticamente una buena opinión de usted por ser quien lo educó.
Los niñ@s educados de hoy serán los adultos conscientes de mañana.
¡Piénselo!