Tú que me gustabas
pero no fui correspondida
que tantos detalles te dejaba,
que curiosamente leías enseguida.
Aún sigues sin reemplazo
pero no es por ser perfecto
sino por el trazo
de ser imperfecta.
Estaba perdida en tu mirada
y que una sonrisa me lanzaste
sin darte cuenta de que me dañas
como esperaba que las cosas cambien.
Hoy me arrepiento de lo que hice,
de esa carta maldita,
esa que tú leíste
es que de todos me aisla.
A partir de ahí dejé de sentir amor
todo era un mundo diferente
y dejaste un gran dolor,
en mi corazón no tan inocente.
Hoy ya no nos hablamos,
y paso a paso te estoy olvidando
y esa carta que nos sigue atormentando
ganas tengo de no haberla mandado.