Necesito a mi mamá, no importa la edad que tengo... mi mamá no me arrulló en sus brazos, no me hizo reír, no secó mis lágrimas, no me abrazó, no me vio crecer, no me vio triunfar, no me levantó cuando caí, no me animó cuando me sentía triste, no me celebró ningún cumpleaños.
Pero mi (MADRE ANTONIA JAQUEZ) fue una promesa cumplida de DIOS NUESTRO SEÑOR, porque aunque no estuviste presente físicamente pues murió a los cuarenta años, teniendo yo escasos dos años, pero mi madre ya se encontraba enferma.
Sin embargo, fue desde cielo donde se encontraba mi mejor amiga, pues cualquier lugar, rincón de la casa, parque e iglesia, lugar donde me encontrará yo podía contarle una a una las cosas que me iban sucediendo mientras crecía, sintiendo siempre que ella me oía y me aconsejaba desde lo alto del cielo para que yo como mis hermanos saliéramos adelante en esa etapa difícil que nos tocó vivir.
Más sin embargo, nos dejó una gran herencia UN GRAN PADRE (JOSE MARIA HERNANDEZ) quien fue el que cumplió con los roles de padre y madre, formando unos hijos, de buen corazón, honestos, y muy trabajadores, que hasta la fecha hemos sabido ser buenos hermanos siempre unidos y dispuestos a tendernos la mano física, económica y moralmente.
MI MADRE ES EL ÁNGEL DE LA GUARDA MAS PRECIADO QUE TENEMOS EN EL CIELO, JUNTO CON DIOS NUESTRO SEÑOR.
Hoy después de cincuenta y seis años, te doy las gracias MADRE por habernos traído a este mundo formado parte de la familia en la que me tocó vivir.
Gracias por permitirme escribir hoy estas líneas QUE CON DOLOR, LAGRIMAS Y EMOCIONES ENCONTRADAS, doy gracias a DIOS porque el necesitaba un ángel como tú en ese tiempo. No entendí nunca ni de niña, ni de joven, ni hoy que ya estoy vieja, porque siempre me hiciste y nos sigues haciendo mucha falta a mis hermanos y a mí.
¿Porque ocurren estas cosas? Aún no encuentro la respuesta, pero sí sé que aprendí a ser feliz con lo poco o mucho que he tenido hasta ahora. Hoy aunque no sea DIEZ DE MAYO tengo la seguridad de que siempre estuviste con nosotros... TE AMO MADRE.
Me dolió escribir todo esto pero hoy me siento contenta, espero que en donde estés también te sientas orgullosa de tus hijos... Me falta mucho por relatar Dios quiera que algún otro día pueda llegar hacerlo.
Ojalá DIOS ME HAYA PERMITIDO SER UNA BUENA ESPOSA Y MADRE PARA MIS HIJOS.