ODA A ELLA (N.A.S.M) EL INICIO
Estas palabras provienen de lo más profundo y recóndito de mi corazón, fuente inagotable de luz y esperanzas, motor sin lugar a dudas de toda vida humana…
Un día cualquiera, en un lugar cualquiera, en un momento cualquiera la conocí, inmediatamente pensé, ¿Será posible? ¿Por qué ahora en éste momento de mi vida? no es la primera vez que la vida me entrega sorpresas. Una chica sencilla y muy simpática, con una energía espiritual enorme, su luz abundaba y llenaba la habitación, su amor por el mundo era más grande que el universo mismo y a la vez, tan frágil como una mariposa.
Pues ante dicho acontecimiento casi cósmico me dispuse a saludarla con una actitud positiva, simplemente seguí mis impulsos más primitivos que creí perdidos, esperando escuchar el cantar de su voz, esperaba ver la bondad de su mirada, imaginar lo dulce que serían sus besos, observaba pacientemente cual serpiente que acecha a su presa, logré percibir el sonido del viento tocando su pelo, en ese preciso instante se me acercó muy contenta con la intención de mostrarme unas fotos de animales que había captado con su cámara, fue fácil deducir su amor por la naturaleza al entender que no es superior ni ajena a ella sino que forma parte de ella...
Desde aquel momento en que la conocí no pude quitármela de la cabeza en ningún instante, ella parece estar desconectada del mundo, pero en realidad lo está observando todo con su ojo crítico, me pareció ver un ángel. Mayor fue mi impresión al darme cuenta que sus sueños eran similares a los míos, fue entonces cuando hice lo que vengo haciendo hace ya bastante tiempo y que me ha dejado casi vacío, pensar… me preguntaba cosas como: Dios ¿por qué ahora y no antes? ¿Si ya me siento lo bastante herido como para intentarlo de nuevo?… pero al mirarla nuevamente dejé de pensar, solo comencé a sentir y luego me dije: por ella me arriesgaría a sufrir, pues por amor gané y perdí, y aunque perdiese hoy día otra vez lo intentaría, porque de eso se trata la vida, de reír, bailar, cantar, llorar, sufrir, contemplar, correr, nadar, atreverse a intentarlo, en definitiva, vivir…
Dicho esto, me di cuenta de que me encantaba, quisiera poder respirar su aire, abrazar su cariño, observar sus besos, oír su mirada, besar su alma…
Que no daría por decir lo que siento, pero más que decirlo, expresarlo con acciones, pues no es quien seas en tu interior, son tus actos los que te definen. Debo ser realista, debido a que aún no existe nada entre ella y yo. Pero debo decir que ya siento miedo de perderla y ni siquiera la tengo, es tan distinta, única y especial: sus ganas de vivir la vida, de querer viajar y conocer otras historias, su esencia me enamora día a día con mayor fuerza e intensidad, nunca perderé la esperanza.
Su amor por la lectura y las artes me dejaron completamente anonadado, ¿cómo es posible que exista una chica así me pregunté? La mujer de mis sueños estaba frente a mis ojos, y yo perplejo ante dicha emoción tan fuerte, solo reaccioné de la única forma que lo he hecho durante todos estos años; bromeando con frases pesadas, medias fuera de lugar pero con la clara intención de llamar su atención, pues quería comprobar si Dios me estaba jugando una broma nuevamente, me preguntaba ¿será posible? ¿Es acaso ella la mujer que siempre esperé? Sentí que mi corazón explotaría de emoción, de saber que es ella la mujer perfecta para mí, aquella niña por la cual me desvele cada noche pensando en su paradero. La mujer por la cual esperé todos los días de mi vida desde que nací hasta ahora ¿Será ella la mujer que sanará al fin mis heridas y me llenará de alegrías y buenas energías? ¿Será ella el punto de inflexión en mi vida? ¿El antes y el después? Sinceramente, espero con mucha esperanza que así sea, pues la necesito tanto, tengo tanto amor por entregar, tengo tantas buenas energías por compartir, tantos sueños por cumplir, tantos viajes que recorrer, tantas historias que contar juntos. Comencé a creer en el texto del banquete de platón, la otra mitad, la media naranja, el ser que por fin me completaría.
Es cierto que las cosas no siempre resultan como uno quisiera pero no puedo sino pedir a Dios que en esta sea la excepción, pues mi camino ha sido tortuoso, lleno de desilusiones y penas. En éste difícil camino que me dispuse a recorrer han sido mi voluntad y convicción, los grandes pilares que me han permitido soportar el sufrimiento y el dolor. Pero ya es momento de bajar la espada y el escudo para permitirme descansar de los tiempos de guerra, para poder disfrutar junto a ésta hermosa mujer de los tiempos de amor y de paz, ella me ha dado sin lugar a dudas la esperanza de creer que el amor realmente existe y que soy digno de merecer.
*SI NADA NOS SALVA DE LA MUERTE, AL MENOS QUE EL AMOR NOS SALVE DE LA VIDA*
Pablo Neruda.