Yo no buscaba en ti la perfección,
sólo un amor para toda la vida…
Ahora te has marchado y en mi memoria
hurgo insaciablemente razones para buscarte.
Para ir tras de ti y amarte
no las encuentro.
¿Existieron algún día? Empiezo a inventarlas.
Esta noche platicaba con tus recuerdos y
no paraban de hablar de ti,
ellos se han quedado a mi lado
he intentado correrlos.
Pero los infelices no se largan,
me lastima vivir con ellos,
son el inquilino que sabotea
la entrada de alguien más
a este terco corazón.
Le he pedido tanto a Dios que no regreses...
Porque por él te lo juro
que si vuelves, nunca, nunca, nunca,
te vuelvo a dejar ir.
Colaboración de Lupis
México