Señor, dime porque este pensamiento dentro, dime
porque todo lo contrario a tu palabra, dime porque estas ganas de faltarte.
Señor, dime porque no obedezco tus mandamientos, dime porque la
maldad en mi, dime porque estoy aquí sin no merecerlo.
Señor, creador de buenos hombres, instrumento del creador todo
poderoso, incansable profeta renovador de todos los pecadores.
Señor, dime porque el Sol no brilla conmigo, dime porque esta actitud
que me daña, dime porque no te vuelves a mi y me escuchas.
Señor, tu que todo lo puedes, tu que cumples los deseos de mis
semejantes, tu que velas cada noche el sueño de la humanidad.
Señor, porque te llevas a las personas queridas, porque la pobreza
para algunos, porque la diferencia entre colores de cada pueblo.
“Hijo, seca esas lágrimas, levántate y hablemos…
Tus palabras me hieren, me duelen en lo más profundo porque yo
te amo.”
Señor, tus palabras no me tientan, porque te olvidas de mi?
”Hijo, seca esas lágrimas, te amo.”
Señor, no puedes decir te amo cuando te olvidas de mi y no valgo
nada para ti, es difícil creerte.
”Hijo, tantas veces quise que me dijeras eso, tantas veces tuviste
el tiempo para decírmelo, tanto tiempo que tuve para ti.
Hijo, te acuerdas de mi solo cuando tienes problemas?
Porque en tus triunfos no me lo agradeces?
Porque en tus fallas yo soy el culpable?”
Señor... ¡espera!
No te vayas, es verdad eso que me dices, es verdad que te he fallado,
es verdad que mi avaricia de ganar es tanta.
”Hijo, no te reprocho nada...
Solo quiero que estés en las buenas y en las malas en mi cruz,
ven, acércate, yo te amo...
Señor, te he fallado, lo reconozco, perdóname...
Hijo, te amo por tus fallas, te amo por tus triunfos, eres mi hijo, igual
que los demás, eres mi todo, levántate, camina conmigo,
la desigualdad de razas, la desigualdad económica las he creado
para que tu ayudes a los que necesitan de tu apoyo.”
Señor, soy un miserable, te he juzgado de la manera mas vil, de
la manera mas despreciable y ahora me arrepiento de negarte, perdóname.
”Hijo, no llores.
Sabes? Me hacía falta hablar contigo, ahora ya sabes tus reproches,
ya sabes lo que tienes que hacer en tu mundo, ayuda a tus hermanos, no
discrimines a los demás por la falta o la sobra que tienen.
Predica mi palabra, yo lo deseo, y mi padre te salvará...”
Señor, te amo, perdón...
ADIOS.
Colaboración de Santos
México