Me siento distinta, creo que ya no ¡soy la misma!, y eso me disgusta.
Quiero ser la misma niña de antes, la soñadora, la alegre. Puedes por favor bajar la voz ¡me asustas!, puedes dejar de arrojar y pegarle a las cosas me siento desprotegida he insegura… He recordado nuestras primeras discusiones; eras más noble y no me insultabas, pero ahora te alteras por todo y no quieres bajar la guardia.
A veces prefiero huir de tu lado, porque ya no me brindas tranquilidad. Te enojas cuando quiero escapar y piensas que no tengo remedio. Y ahora se te ha dado por creer que no voy hacer nada bueno con mi vida. Me imagino que cuando me conociste, en el preciso instante que me viste; tuviste muchos planes, sueños y metas conmigo, pero el tiempo pasaba y empezaste a ver mis defectos, te diste cuenta que me equivocaba con frecuencia, y te diste cuenta que yo no era lo que esperabas de mí, que te había fallado.
Tus esperanzas he ilusiones se estaban perdiendo y yo comprendí que tu amor hacia mí se había marchado con mi niñez... Ya sé que tú no esperas nada de mí… Pero ¿sabes? A mí me pasa todo lo contrario porque yo espero todo de ti... Todo lo que yo hago lo hago por ti, haber si algún día te sientes honrado de ser mi papá, yo sé que te he fallado como hija, tu esperabas más de mí.
Te cuento algo… Así tú ya no creas en mí, yo espero que algún día me devuelvas tu confianza y respeto... Yo te admiro mucho y algún día espero ser como tú. Ser una persona emprendedora, honrada, sencilla, y sobre todo luchadora, ¡así como tú! Sabes… Prefiero el método que usabas cuando yo era pequeña, para que yo aprendiera la lección, me regañabas y me castigabas; así me hacías saber mi error, después se te olvidaba, me abrazabas y me hacías saber que me amabas…
Pero todo esto cambio, ya no me castigas, sólo me insultas y tus regaños se convirtieron en reproches ya no hay abrazos y al parecer no te interesa que yo aprenda la lección ¿ya no te importo? Y los te amo... Me toca rogártelos… Tú para mí eres mi héroe, a pesar de que ya no te guste salvarme.
Yo nunca voy a olvidar que yo para ti era tu vida, que siempre me querías complacer con mis caprichos, que jugabas conmigo, llevabas la película que yo quería ver; tampoco voy a olvidar que cuando ya empecé a crecer te sentabas a mi lado a ver la TV. Me gustaba ver los programas educativos de animal planeta. Y así disfrutaba de tu compañía. No es divertido ni me entretiene verlos sin ti a mi lado; ya no me gustan.
Yo siempre tendré la ilusión que soy tu niña consentida y prefiero creer que todos tus insultos son para que sea una mejor persona.
Papito te amo.
Amo a mi papá
Colaboración de Danielita de Dios
Colombia