Últimamente es menos frecuente que las personas se detengan un minuto a pensar ¿Qué tanto me queda por compartir con los seres que quiero? ¿Cuánto tiempo tendré para demostrar mi gratitud? Dejamos que las cosas vanas de la vida guíen la misma e ignoramos lo verdaderamente importante.
A lo mejor mi padre no pudo darme lo que quisiera tener o lo que él mismo quiere darme, pero trabajó durante toda su vida y durante años sin una compañera sentimental a su lado para que saliera adelante, para que tuviera tanto como quisiera, pero no sabe que lo que más quiero es a él y no hay dinero que compre el tiempo que necesito.
Para mí últimamente ha sido muy frecuente el pensar qué tanto o mucho tiempo me queda junto a mi padre. Después de muchas guerras verbales, él sigue siendo aquello que más admiro en el mundo. A pesar de que sea el hombre más terco del mundo, quisiera ser la mitad de bondadosa que es él, a pesar de que no me dice que me ama, quisiera demostrar tanto amor a mis hijos como lo demuestra él.
Cuando llegue aquel día, que pudiera ser en años o tal vez mañana, cuando ya no estés, papá, créeme que has dejado en mí tu legado y tu ejemplo, porque cuando no estés no sé qué haré. Y gracias, infinitas gracias porque fuiste tú el que Dios eligió para hacerme lo que hoy soy. Gracias.
Así que ¿Cuántos de nosotros dejaremos pasar por alto los esfuerzos de nuestros padres? o ¿Cuantos de nosotros el día mañana le daremos reconocimiento?
Colaboración de Marialicia
Venezuela