Hijo, como expresar todo lo que te amo todo lo que significas para mí, si cada vez que te miro, que te abrazo, que te doy un beso todo ese amor se hace más grande día a día, y se envuelve en mí, como una luz extraordinaria que me hacia falta, el recordar cuando aun te tomaba entre mis brazos, cuando dormía junto a ti, cuando dependías tanto de mí y cuando tan sólo el mirarme yo era tu mundo entero...
Y ahora, que haz crecido siento que te me vas como agua de las manos, que toda esa ternura y todo ese amor ya no es el mismo, hijo: Has crecido, ahora que tienes 12 años tu vida comienza y toma un rumbo diferente, tus amistades, tu forma de ser y de pensar ahora son distintos, me da mucha alegría y sentimiento a la vez por que ya disfrutas más tu privacidad, tu soledad y tus sentimientos ya te los guardas para ti, eres rebelde, necio y sientes que tienes la razón en todo y para todo, y sabes hijo... No es así, sin embargo, tu padre y yo te damos la libertad de tomar decisiones, de volar pero sabes que siempre iremos a la lateral para no dejarte solo, para que sepas que siempre que nos necesites ahí estaremos.
Siento que te pierdo por que ese niño travieso que jugaba y hacia desastres en la casa ya creció, ahora los sillones, la sala, mi cuarto ya está siempre en orden, ya no hay estampas, ni carritos, ni tasos, ni avioncitos o recortes tirados por doquier... Ahora mismo estoy llorando, y es que este sentimiento me tomó por sorpresa al darme cuenta de los grandes tenis que usas, de esos pantalones de mezclilla y corrugados que te gustan, de esos suéteres que no son de mí gusto pero que a ti te encantan, de ese peinado de mohicano que pides cada vez que te cortas el cabello, de esas canciones de este tiempo a las cuales yo no les veo gracia alguna...
Pero sabes hijo, lo único que pido es que esos enormes ojos de Elmo no me dejen de mirar nunca con amor, que esa sonrisa hermosa que tienes salga siempre que me mires, que esos pequeños brazos que siempre he amado nunca dejen de estrecharme, y que ese enorme corazón que tienes lleno de bondad y alegría nunca lo marchite nadie, tu padre y yo estamos eternamente agradecidos con Dios por haberte mandado a nuestra vidas, por que tu eres la prueba viviente de que el existe, te amamos Leo, gracias por existir, por ser nuestro hijo, por estar en nuestras vidas, por cada parte de ti, por iluminar cada día nuestro mundo, nuestro universo... Simplemente gracias por convertirte en nuestra única razón de ser.
Colaboración de Betty
México