Herida está mi alma por tenerte sin tenerte, te tuve toda la noche sin que estuvieras. No fue grato, cuando te vi en brazos de ella no pude hacer nada sino alejarme, llena de ira e impotencia; hasta esa noche eras mío, en ese sueño ya no me pertenecías. Pero aún en él, sufrí, vi las huellas de tu engaño y también lo comprobé, no te importó, para qué, ¿qué motivos acaso tendrías para ello? Sí, vi claramente cómo te acomodabas a ella, no era yo y lo sabías. Y eso me duele. Me oprime el corazón.
¿Algo de cierto tendrá mi sueño, el sueño? ¿Refleja mis miedos? Me siento tan pequeñita. Desperté y no pude conciliar de nuevo el sueño, me persigue la pesadilla. Lo siento real y me duele como la inmensidad. Pero necesito hablarte, nada es cierto ¿verdad? Cuando hablé contigo por teléfono, mi voz… casi no pude hablar, no lo pude evitar, lo notaste y no supe qué decirte.
No lo sabías, cómo lo ibas a saber, si el sufrimiento fue solo mío. Pero qué es ella en tu vida, ¿existe solo en mis sueños?, no lo entiendes. Tú eres mío, me lo dijiste, no lo olvides, no rompas tu promesa, que sin ti me siento tan pequeñita. Me duele el alma, tú eres la causa y la cura. Aunque seas inocente.
Colaboración de LILU
Colombia