Dicen la soledad no es buena compañera, pero para mí ha sido la mejor de las amigas; no critica, ni se enoja, no te rechaza, ni te ofende, te deja actuar mientras te observa, lenta y meticulosamente.
Te da todo el tiempo del mundo y nunca está cansada, siempre te recibe a cualquier hora y nunca pone horarios para ti. Te deja desahogar todas tus penas, y muchas veces te da consejos, no te fuerza a nada que no quieras, y siempre tiene una sonrisa para ti.
Pero hay que saber tratarla, porque muchas veces puede llegar a ser muy traicionera, rencorosa, amarga y vengativa, cuando solo la queremos por conveniencia o la buscamos por despecho.
Nunca te le acerques si estás deprimida porque puede jugarte muy malas bromas, y muchas veces puedes salir más herida de lo que llegaste.
Acéptala, pero no le entregues toda tu vida, porque como nunca a tenida a alguien puede volverse muy egoísta. Salúdala, escúchala, respétala y quiérela pero nunca, nunca le entregues tu corazón.
Hice este pensamiento en mí más grande soledad pensando porque siempre; aunque estoy sola nunca me siento así es más que nada para reflexionar.
Colaboración de
Adahareli
México