Nací sintiéndome querida, crecí sintiendo tu especial modo de amarme, en realidad siempre te di el lugar de ser en mi vida, mi brújula. Y hoy que tu presencia ya no tengo, me pregunto ¿qué sigue?... Mis hermanos intentan vivir sin ti... pero y ¿yo?... Yo no vivo sin ti. Una rara sensación me invade en el día a día, en forma mecánica actúo, atiendo, trabajo, respiro... Yal final del día, hago un paréntesis y me detengo a preguntar... Y ¿yo?
¿Qué madre?... ¿Qué hago yo sin ti?
Sé que mientras nunca te deje de pensar no morirás, pero tu ausencia mata mi alma, mi corazón, mi espíritu. Y ¿yo que hago sin ti mamá? Te dije un día que tú no tenías permiso de morir, tú sólo sonreíste y dijiste que yo no mandaba. Y sé que el tiempo hará más suave mi tristeza y penar. Soy adulta y sé que para que los demás no se preocupen, haré cara de resignación y cero pesares. Pero aquí entre tú y yo mamita... Así despacito... Me pregunto y yo... ¿Qué hago aquí sin ti?
Colaboración de
Keña
México