En el tren de la melancolía me bajé en la estación de tu sombra, penando como un gato sin dueño me vi perdido en el presente y en el pasado de tus ojos. Soñé con tu falda envuelta en el andén de mi cintura y me rehusé al escuchar tus reproches llenos de nada. Me miré al espejo de tu miedo y estaba igual. Esperando el milagro de tu beso salvador, esperando el suspiro de tu corazón.
Debo reconocer que no soy el que era la primera vez, pero soy mejor del que seré mañana. Y tú, como siempre, bella, preguntarás por el tiempo perdido y por qué no pudiste amar desde un principio. Me colgué de tus pestañas sin poder hacerte cerrar los ojos. Me hice el distraído para que me llamaras, o para que entiendas cuánto te he amado, y nunca te lo he dicho. Salté de mi mundo al tuyo y resbalé en la orilla de tu “no”.
No es fácil ni lo será hablar con tu recuerdo, pero aprendí a sortear el mejor camino sin reírme del que no elegí. Y ahora ves como en la noche más oscura puedo brillar junto a vos. Aburrido de hablar con tu nombre escrito en mi pared, fui a tu reencuentro. Con noche sin día, como cuando te di por perdida; sentí que te amaba con locura, pero ésta vez era para estar nuevamente a tu lado.
Autor: Claudio Benítez
Prosa escrita por mi novio, dedicada hacia mi. Su nombre es Claudio Benítez, y quisiera publicarla en su honor, porque considero que es un gran escritor.
Colaboración de
Claudia
Argentina