Bajo la tibia luz de un farol de cuarto, entre sábanas blancas y suaves como la seda, sólo se ven nuestras siluetas, que se mueven sin control por el deseo de amar.
Tus manos tocan mi vientre, mis pechos, y mi cuerpo te responde, con una fuerza incontrolable, es el amor mezclado con el deseo, y te abrazo, te beso y me hago sólo tuya y tú eres mío.
Era esto con lo que siempre soñamos, te siento como corres dentro de mí, igual yo te busco y me corro igual, nos encontramos ambos, y ya exhaustos nos besamos, sudorosos, sin aliento, pero satisfechos.
Esto pasa siempre que se unen el deseo y el amor entre dos personas que se aman.
Colaboración de
Elypau
Panamá