Bajo las plantas de mis pies se siente que empiezo a dejar el suelo
para ingresar al cielo de tu cama.
Te tengo de frente, siento tu mirada sensual,
ávida y mojada, recorriendo mi cuerpo sin pensar nada más.
Mis manos tocan tus senos, tu piel se eriza,
tu sangre corre excitada
mientras te postras virgen sobre la almohada.
Deseosas tus manos me abrazan, me rozan, me exaltan
y con voz suave en tu oído susurro delicadas palabras.
Es más que un juego sexual, eres un ángel sin alas,
eres el sueño que regresa cada noche,
que se esfuma cada mañana cuando despierto
y estoy sólo en mi cama.
Colaboración de
Chavita
México