Me solté de tu mano,
me arrastró el olvido,
añoré todo lo vivido,
imploré por tu regreso.
La nostalgia de los recuerdos,
nuestra historia truncada,
el martirio de no mirarte,
me gritaba mi cobardía.
Mirarme en tus ojos,
sentirme en tus brazos,
recostarme en tus hombros,
era una constante tentación.
Pero el cielo me premió,
el corazón ignoró razones,
y la vida regresó,
te volví a encontrar.
Ya no te soltaré.
Ya no temeré.
A ti me aferraré.
De nuevo te viviré.
Porque te volví a encontrar.
Este poema es una vivencia. Y es para una persona muy especial.
Colaboración de Valeria
México