Cuando bebo de tu boca
no existe tiempo ni distancia,
no existe el mundo, no existen las palabras
que puedan describir nuestras emociones enlazadas.
En la noche cuando estamos los dos abrazados
y te lleno de besos y acaricio tu cuerpo
empiezo a descubrir cuánto te deseo y tú me respondes
con tiernas miradas, gemidos, susurros y tiernas palabras.
Me acerco a tu oído, te digo muy quedo
con dulces palabras, cuánto yo te quiero.
Tu cuerpo responde girando en mis brazos.
me dices te amo, cumple mis deseos.
Te arropan mis brazos, te encienden mis besos.
Tu cuerpo lo recorren completo mis dedos.
Se unen nuestras almas, se funden nuestros cuerpos.
Los dos nos amamos ya con desenfreno.
Hacemos del cielo nuestro gran morada.
Los dos así gozamos, bajo la noche estrellada.
Así juntos viajamos, rumbo al firmamento
Así es nuestra entrega, nuestro condimento.
Poema dedicado à la mujer que amo.
Colaboración de Ángel de la pasión
México