En mis manos del ayer
en mis ojos del hoy
busco esas flores
ésas que aromaron hasta mis sueños
cuando la almohada me traía tu recuerdo.
Durante el día la espera
durante la noche la cita
acordada con Morfeo.
Siempre estabas.
Siempre.
Y en mis manos florecían mágicos aromas.
Mágicos colores con tinte a dicha.
No fue indestructible.
Tú mataste aquello
que no entendiste.
Pero ya no importa
en mí también murió ese jardín que te negaste a regar.
Tú perdiste más que yo.
Yo sólo desperté de un sueño más.
Colaboración de Yisa de Uruguay
Uruguay