Solo aguardo a la distancia como un turista
ajeno de tus playas, extasiado en tu mirada
sabiendo que no eres mío que solo estás por momentos,
intervalos de gloria efímera.
Y tengo miedo de perderme en el café profundo de tus ojos
que no dejo de mirar, que me encantan.
Eternos, inmutables, perfectos, sin disfraz.
Eres parte de mi alma, una otra mitad.
Y si algún día te pierdo o nos perdemos
qué sería de mí sin esos ojos que no dejo de mirar.
Colaboración de Margarita
Honduras