No sé cómo describir lo que siento, no sé si debo reírme, llorar o gritar, quizás debería hacer las 3 cosas a la vez, pero sé que aun así no se iría esto que siento. Duele mucho, aunque sé que mañana estaré mejor; las horas, minutos y segundos conspiran en mi contra, restregándome que me llegó la hora de decir adiós a este sentimiento, que por tanto tiempo guardé tan dentro de mí.
No sé si ¿es una bendición o una maldición? el hecho de ser tan reservada e insegura, pero sea cual sea la respuesta a esa interrogante, ya no me sirve, por que perdí y como en todo aspecto de mi vida, pienso primero en los demás y me resigno, siendo una vez más "una buena perdedora". Estoy completamente consciente que mañana será mejor, y que a la vuelta de la esquina está él esperando con los brazos abiertos, para decirme acá estoy, te tardaste mucho; y yo al igual que vos, suspiré cientos de veces con la esperanza de sentir tu olor, pero venos aquí ahora, aferrados el uno al otro sabiendo que esta vez somos sólo los dos, ya no hay errores, ya no hay más despedidas tristes, ahora... Vinimos para quedarnos.
Ahora sólo espero que amanezca, que sea un nuevo día y salir al encuentro, contigo extraño, que quizás estás vagando por las calles de esta ciudad o quizás en un sitio lejano, no importa dónde, lo importante es que me esperes y en el momento preciso me reconozcas y nunca, nunca me dejes ir.
Colaboración de Martha
Bolivia