Ven y suspira,
que mi alma dolida
se embriaga en silencio
con un roce de ti
Ven y suspira,
mientras esta agonía
destapa el delirio
de ir muriendo por ti.
Ven y suspira,
navegando escondida
en la esencia sublime
de volverme hacia ti
Ven y suspira.
Tráete la vida,
porque toda la mía
se seduce por ti.
Colaboración de Sergio Rincón
Estados Unidos