Amigo regálame fértil olvido
con tu retórica de infierno ayúdame amigo
Ayúdame a olvidar sus caricias, sus besos, su perfume
y calmar el dolor que mi alma consume.
No soporto el tiempo sin su beso
todo es ocioso, vano es mi lamento,
desdichado, soy un bastardo preso
de un nostálgico y embustero tormento.
En mi mundo no hay más alegría
Soy un éter de esterilidad,
un esclavo de la melancolía
un huésped de la soledad.
No cuento ya con su tierno cariño
en artimañas lo he perdido,
Manso como un enfermo, indefenso como un niño
en profunda tristeza he caído.
Por eso mi leal y digno amigo te pido
que en mi tormenta seas el sol,
que me sepultes en olvido
¡dame fuerzas maldito trago de alcohol!
Colaboración de Jesé Herrera
El Salvador