Ha vuelto el pequeño príncipe,
de la Tierra y de su viaje,
por los planetas de gente grande.
Regresó a su asteroide, apenas mayor que una casa,
y esperándolo con melancolía oculta, se hallaba,
la rosa que en otro tiempo domesticó su alma.
Sin biombo ni globo, intacta lucía,
conservaba su desdicha y vanidad,
y también las espinas.
Los baobabs no necesitaba arrancar,
su peligro conocía, pero ya no importaba,
el universo lo redimía, si este suspiraba.
Sentado en su silla, precedente a la puesta de sol,
el pequeño príncipe cedió lugar a la reflexión.
3-25: un rey con futilidad reinaba,
sobre estrellas, el Sol, el universo; sobre todo,
"Hay que exigir de cada quien, lo que cada quien puede dar",
fue la enseñanza que al súbdito le quiso regalar.
3-26: la vanidad en persona reaccionó,
cuando vio a lo lejos a un admirador,
"Reconoce que soy el todo por el todo de este planeta",
y saludando de nuevo, el principito se alejó.
3-27: no levantó la cabeza con su llegada,
notó que las botellas coleccionaba,
"Bebo para olvidar que estoy avergonzado por beber",
y nuestro viajero, perplejo, se fue sin más que hacer.
3-28: ¡Un hombre serio! Se autoproclamaba,
contaba y sumaba, sin descanso ni interrupciones,
"Poseo las estrellas pues nadie más lo hace; son mías y las cuento",
"Para mi flor soy útil, pero tú a las estrellas no sirves",
respondió y siguió al viento.
3-29: una consigna regía la vida del farolero,
quien no dormía desde hacía mucho; su planeta medía lo justo,
"Hace un mes estamos hablando, fíjate bien",
en ese minuto, el tiempo era absurdo.
3-30: el geógrafo encantado por el joven viajero,
quiso escribir sobre el planeta del que venía,
"Flores no registramos porque son efímeras",
y le aconsejó visitar la Tierra un día.
No renunciaba a una pregunta después de hacerla,
curioso e inocente, atormentado por su virtud,
amaba las puestas de sol; sin embargo,
una oveja tocaba vigilar, una rosa cuidar,
volcanes deshollinar, y una estrella hacer brillar.
Quienes leyeron "El principito" y además disfruten de la poesía, quedarán maravillados con esta composición.
Colaboración de El misántropo autor
Venezuela