No me llevo nada
nada tengo que llevar
en una maleta
no cabrá mi soledad.
Lo que yo te he amado
dentro mío vivirá
como un equipaje
invisible a los demás.
Fuimos tan perfectos
que no pudimos ni pensar
que solo en los cuentos
no hay tristeza en el final.
No hubo ni una rosa
ni caricias ni esplendor
pero entre tus brazos
tu me abriste el corazón.
No me digas nada
ni me pidas mas perdón
deja que yo sea
el que ahora diga adiós.
Por siempre adiós
adiós por siempre acabó
aquel amor que te tenía
y que tus mentiras destruyó.
Colaboración de César Oswaldo Castillo
Pacheco
México