Fui un tonto
con cara de serio
no lo pude evitar,
me arrinconé como siempre
en la sombra de mi verdad
por la cobardía
que no me deja triunfar
y me hundí solito
en el fondo del bar…
Y ahora dicen
que te ven pasar
tan sola con tu sombra
en la niebla de esta realidad
¿qué perdón vale la pena
qué te causo mi soledad?
Cuando te tuve cerca
sólo supe odiar
esa alegría que tenías
sólo al verme pasar…
Te devolvería esas lágrimas
que dejaste escapar
y robaría tu sonrisa
al que la supo comprar
por sólo un segundo
de tu suave eternidad
y moriría en la brisa
que dejas al andar…
Por un momento
con tu felicidad
perdón por fugarme
con mi antifaz
pero no pude con mi corazón
que se olvidó de soñar.
Colaboración de Narval Lemos
Argentina