Pienso en el futuro y no te encuentro,
veo el pasado, no hay futuro.
Encuentro tu mirada pegada a la pared,
tus lágrimas atrapadas en el ayer,
mi miedo vagando por tu piel
y el tiempo se detiene a tu merced.
Procuro serte fiel,
tu nombre no lo escribo,
tu cuerpo no lo sueño.
Es verdad: ¡El cuento se ha acabado!
y mi historia no es la tuya.
¡Agosto aún esta conmigo!
Creer en esta madrugada,
creer en tu mirada,
¡Dios! Mi vida es robada.
Este pequeño escrito es dedicado a una mujer especial, que creo querer pero aun estoy lejos de ella.
Colaboración de Magin
México