Yo también
como Jesús, El Cristo
les di mi sangre
después volvieron a por mis carnes
regresaron a por mis huesos
se llevaron mi honra
me despojaron del alma.
No me dejaron nada
hasta mi nombre lo usaron
en sus guerras, en sus batallas.
Ahora regresan de nuevo
regresan a por más.
¿Qué hago, Padre?
¿Qué más les doy?
El verdadero sabio es aquel que conoce sus debilidades y busca en ellas sus fortalezas. La debilidad de los buenos es la fortaleza de los malos.
Colaboración de Hugo Fredy Aros
Colombia