En el profundo silencio de mi alma...
Lloro desesperado.
De forma fría y calculada,
cruel e inhumana
creció su vanidad
otrora tiempo amada.
Despojado.
Abandonado.
Su victoria plena
de vítores y lisonjas.
Confabuladas uniones
de maldad aceptadas.
Danzan ebrios
ensimismados en su mal.
Mientras... Yo
creyente exhausto y confuso,
puro enamorado y
en silencio.
En la profundidad de mi alma,
pasa por todos inadvertido
el auténtico tesoro
a ti entregado...
Mi amor.
Ahora...
Roto en pedazos.
Colaboración de Rafael Jesús
España