Bella mía, son tus quince; yo, tu padre, te deseo lo mejor. Vive tu memoria y asómbrate de ver que lo que sientas encontrará estilo por sí sólo, no dejes de enamorarte de tu existencia; lo más importante en cualquier construcción está en pensar qué o quién lo puede destruir. A veces charlamos, otras veces lloramos y también oramos pero ¿qué tal la cocina? Sí, siempre tenemos que cocinar aunque debes saber que las ideas también se cocinan. Las ideas que abundan en tu mente son todas tuyas por lo que, al ponerlas en acción, debes cuidarte de que no afecten a tus semejantes y de que te beneficien a ti. De repente uno llega a comprender que todas las cosas van y vienen, incluidos los sentimientos; así, estarás triste hoy, mañana estarás alegre.
Entonces, ¿por qué inquietarse tanto? Lo que debemos hacer es disparar en el momento preciso para darle al blanco y convertirlo en nuestra presa. No podemos pensar que hemos de andar soñando tan sólo porque la humanidad esté hecha de ensueños; descansa la cama, trabaja el día y estudia buscando la economía que un día necesitarás para botar la barca que te llevará a los lugares que anhelas. Eres un adolescente que empieza a vivir y ya crees que has vivido. Vive tu memoria y asómbrate de lo que ya has logrado, acabas de empezar a correr y no debes sentirte cansado. Cuando pienses en grande, el mar te será pequeño y, allá en tu barca, a puerto seguro llegarás con la mejor marca. Yo fui marinero y le temía al mar; mírame, no me ahogué pero nunca aprendí a navegar. Todo en esta vida, sin que haya que proponernos, nos lleva a Dios, caminemos con El y lograremos vencer.
La vida es un país que no es nuestro; es como si fuéramos invasores con el derecho de pernoctar en cada lugar hasta que lleguemos al final y por eso debemos tomar y hacer las cosas con calma, no tenemos prisa de llegar a ese final. ¿Detenerte? Eso tampoco. Todo cuando quieres es la suma de lo que buscas y para lograrlo debes enamorarte de tu existencia.
Te dejo ahora, por un momento, voy a atender mis cosas pero prometo no olvidarte como te pido que no abandonar tu lucha; vamos a la lid, ya es hora.
Tu padre que te adora.
Como ves, es una carta de un padre enamorado de su hija. La quiero tanto que mis días y noches son suyos. Es como un ángel que me da vida, agradezco a Dios por su existencia.
Colaboración de Roberto
República Dominicana