QUERIDO AMOR MIO:
Aquí estoy como te dije, esperándote en el tiempo que mata los días con mil cosas que hacer.
Tú, quizás, sigues escribiendo esa música para mí.
-¿sabes amor?
Otros llamaron a las puertas de mi casa, yo les abrí, entraron en el alma y al descubrir tus retratos y una decoración sentida para ti, se asustaron y hulleron, mientras yo reía sin parar en complicidad con el alma...
Porque amor cuando las máscaras se caen quedan al descubierto los rostros y aquellos no eran el tuyo.
Te conozco desde siempre, igual que tú a mí,y nadie nos puede mentir.
Tú, quizás camines buscándome por las calles o por cualquier bar de poetas y bohemios por donde de vez en cuando suelo aparecer.
Sé del espeso de tu cabello en una alianza con el viento, flotando en un anarquismo, esparciendo el espacio y el tiempo.
Yo, sigo aquí, escribiendo mis ganas en cuadernos empapados de lamentos, gritos de desesperación y esperanzas, escribiéndote a ti cartas que nunca recibes, pero las lee.
Sé de tus ojos que descongestionan mi espíritu y los enigmas de mi ser que desnudan mi cuerpo haciendo de mí, tallo y flor, de esa mirada asesina que descuartiza todas mis penas.
A veces discutimos, nos amamos, nos odiamos, nos sumergimos en caricias pero juntos...
Juntos en sueños diferentes.
Amor de mi vida,somos las únicas piezas del puzzle que lo termina para dejarlo en todo, ese todo envasarlo para que prosiga el ciclo de nuestra historia, la historia.
En mi rostro asoman algunos pliegues que tú conoces, surcos del correr de los años, también algunas canas que cubro, para luego mostrártelas.
Mi figura ha cambiado, pero tú me amas porque nací y crecí, porque estoy y sabes que el tiempo no podrá marchitar ese toque sensual que guardo para ti.
Muero en deseos de descifrarte, de tocarte, de golpearte con un abrazo y deshacernos entre besos, de ser uno, y cansarnos hasta que el amanecer nos sorprenda entre sábanas de lirios.
Que ganas de entrar la vida en mi vida, que ganas de susurrarte al oido, bienvenido, que ganas de edificar sobre los sueños aquello que nos perdimos. Que ganas de desenroscar el frasco de la nada para envasar lentamente el todo.
Aquí te espera un carnoso silencio con aliento a flor de lavanda, que lamerán los limites de tu euforia hasta rendirte a la lucha de ten y dame.
Sembraré en ti semillas de ilusión que germinarán con el sol de esta pasión.
Nos amaremos como fieras para liberarnos y regalarnos el goce de la permisión.
Te oiré, me leerás y nos sabremos.
Querido amor mío:
Te espero en mi cama o en la tuya, en la oscuridad de mi cuarto, en mis pensamientos diarios, en cualquier café o en un parque, y sobre todo y desde que te conocí...
En mis sueños.