¿Nosotros? El juez dictaminó que ahora seríamos nosotros... Nosotros para arriba cosechando insomnios y hacia abajo en busca de enojos. ¿Nosotros...? ¿cuál nosotros? cuando nos sentamos al filo de una tarde a beber de un mismo sorbo ¿me llamaste alguna vez cuando te sentías sólo? ¡nosotros!, sí vaya palabra, nosotros no existe. Siempre huyendo el uno del otro, negándonos las miradas, reprochándonos nuestras faltas. Nosotros en desconfianza, el bañarnos a horas equivocadas, el comer sin hablar por razones de urbanidad, el estar sujetos a reglas que nos impuso la sociedad.
¡Nosotros espiándonos!, retándonos, menospreciando a la noche que nos vio nacer. Alguien mencionó que los separé la muerte y la muerte vino rápido a cavarnos el hoyo. ¿Cuál nosotros? Siempre fuimos tú y yo, cada uno en su senda, en su efímera alegría, cada uno mintiéndose, aferrándose a la nada. ¡Nosotros! desayunando platos distintos, llegando a horas innecesarias, clavando agujas en el alma... nosotros dibujando falsas palabras, queriendo inventar pretextos para no amar.
Tus ojos color madera, tu cuerpo con cerrojos clavando la puerta, reprimiendo antojos. ¡Nosotros! Apolillándonos con el tiempo, juntando errores. Tu tristeza rara, mi silencio absurdo, tu madera pudriéndose en mi paso, yo muriendo junto al río. ¡Nosotros!, señor juez, nosotros nunca fuimos. El y yo formamos dos soledades aparte.