Cuando la noche se torna y se ve rodeada en falsas esperanzas de desfallecer y llegar a un mejor lugar para escapar de todo lo imaginario que no nos deja subsistir, pero que si se envuelve en demencia podría llegar a tener aún mucho más sentido que lo que llamamos vida en nuestro interior.
Nos intentamos denotar como animales racionales, pero en realidad racionales de demencia, puesto que no llegamos a asimilar las creaciones de nuestra mente las cuales muy probablemente sean más reales que la misma realidad, nos envolvemos en un ciclo sin sentido que nos lleva a ser algo, pero a la vez a no ser nada…
Nos alejamos de aquellos individuos que a nuestros ojos no están bien, pero muy probablemente ellos estén mejor que nosotros, alegamos demencia y locura para juzgar a aquellas personas que actúan por convicción y porque se dejan llevar de su imaginación, sin darnos cuenta que en realidad probablemente nuestras acciones cotidianas son la prueba de mayor demencia, puesto que la diferencia entre estos individuos y nosotros es que ellos viven su realidad, y nosotros nos encaminamos en una realidad ya predeterminada que impide que la realidad en nuestra mente fluya…
Y nos de la capacidad de ver nuestras acciones como una expresión de lo que somos realmente y no de lo que el entorno nos encamina a ser, probablemente si actuáramos según nuestra mente solos en nuestra realidad no tendríamos la capacidad de crear mal, pues estaríamos solos para poder desarrollar nuestra verdadera facultad pensante…
Y aunque la soledad nos acoja y nos despoje de todo y solo nos quede
desaparecer, aún en la muerte y con los ojos cerrados, lo que
logramos llegar a entender en nuestra larga soledad, podría llegar
a ser visto y entendido en nuestros escritos para que en realidad se
pueda construir una sociedad sin la necesidad de que nos quite nuestro
individualismo y tengamos la capacidad de reflexionar más en
nosotros que en los demás, y así envueltos en la soledad
podríamos ver el momento en el cual podamos acoger a los demás
en nuestro pensamiento, para poder tener un verdadero entorno que no
sea influenciado, pero que sea más armonioso.
Colaboración de
Felipe
Colombia