Mientras estaba sentada en la silla de mi balcón comprendí que el amor se convierte en tu aliado. Que a pesar de esas situaciones tan terribles siempre va a estar a tu lado, sólo que somos nosotros los que no comprendemos como quiere que sea él... Entendí que para cerrar esa gran herida que me había causado ese amor, tenía que quererme yo misma, pensar en cómo salir adelante sin él y sin sus recuerdos... Lo más doloroso es como poder superar todo eso... Aquel momento cuando tomó sus cosas y se fue sin decir adiós...
Triste y sin saber que era lo que le esperaba a mi vida, me fui tomando mi tiempo para comprender que aquella luz bella al final del túnel tenía que ser ganada con respeto, honra, confianza y seguridad. Ese momento sólo fue de batallas contra mis emociones y tenía que librarme de todo eso sin la ayuda de mi familia o amigos. Al fin pude salir de ese abismo, pero siempre con el miedo de que si conocía a alguien me pasaría lo mismo...
A veces tu mejor aliado es el amor; aunque tenga sus momentos difíciles y felices, siempre va a existir el momento de la reflexión y enseñanza. Hoy como una gran guerrera, tomo control de cada momento que pasó y que con la ayuda de Dios soy imparable... Me pregunto hoy ¿Qué pasó? ¿Por qué no luché? Y sabes lo que un día descubrí: que para ser amado, tienes que haber sido derrotado por las penas que causa ese amor...
Esta frase significó mucho para mí: “el mayor error del ser humano es intentar sacarse de la cabeza, aquello que no sale del corazón”.
Coloqué a prueba todo lo que me pasó y lo que vivía, pero logré exterminarlos con la fe de que no me pasará mas... Si vivimos con miedo ¿y qué? O díganme ¿Quién es el que no vive con miedo? Solo analiza, observa y piensa detalladamente que tú puedes vencer tu mayor obstáculo, alcanzando la perseverancia a través de tu mayor disciplina: tu control.
Cualquier otra pregunta no duden en escribir a mi correo y los ayudaré
Colaboración de Karol Giset Cepeda
Colombia