Cuántas veces la vida nos dio oportunidad de lucirnos haciendo el bien, pero debido al ego, el orgullo, la arrogancia -sinónimo de pobreza, significado de hombres débiles- hicimos el mal a nuestro prójimo, pensando que contra nosotros no llegaría el cobro de la factura.
Dios perdona absolutamente todo cuando hay un arrepentimiento genuino ¿Cómo observas un arrepentimiento genuino? Cuando existe el quebrantamiento, cuando no surge del corazón el ser no está arrepentido, es sólo una emoción confusa de llanto que el alma emite, pidiéndote de favor que lo hagas.
Pero es mayor tu ego que tu alma, lo dejaste tanto crecer que hoy es tu señor, tu Dios, el que gobierna tu vida. Después del quebrantamiento debe haber un verdadero cambio, varias veces les he comentado que el perdón no implica que Dios te quitará la paga de tus errores, el fracaso y el dolor. Cuando hayas aprendido la lección te dará una nueva oportunidad, te levantará, como ocurre en la Parábola del Hijo Pródigo.
La mujer más hermosa del mundo (mi mamá), hace unos meses me dijo: “Procura no lastimar a las personas que se atraviesen en tu camino, sé prudente y mesurada, recuerda que son criaturas de Dios y muchos de ellos son sus hijos. Si haces daño, pide de manera inmediata perdón, ya que cuando eleves una oración al cielo tus peleas, tus malos entendidos y tus rencores serán obstáculo para que tu pedimento llegue a Dios. Imagínate, hija, que hacemos un cojín de plumas de distintas aves, subimos a la montaña más alta y, cuando el aire sopla, las esparcimos. Todas irán a destinos diferentes. AsÍ somos los seres, nos dispersamos, y no vaya a ser que cuando quieras pedir perdón, ese ser ya no se encuentre a tu lado.
En las oportunidades que Dios nos brinda pone sus mejores expectativas sobre nosotros, pero cuántas veces en esa imperfección la regamos. Vamos a ejemplificar: un empresario ha sido bendecido, prosperado, porque Dios es el que permite las riquezas. Todos tienen empleados, muchas veces en lugar de bendecirlos les roban su IMSS, su pensión en el futuro, el Infonavit, los maltratan, los denigran. También aquellos a quienes les toca la fortuna de ser jefes son arrogantes, creyéndose mejores que los demás. También existe el que extiende la mano para ser visto halagado, creyendo que haciendo obras compra al Dios Verdadero, o bien los empleados que suelen ser chismosos, arrastrados, acusadores, porque es mejor cubrir las incapacidades propias con las de los demás.
Todos tenemos conductas erradas, y el que esté libre de pecado que arroje la primera piedra. Somos imperfectos, pero actualmente no sólo somos eso: somos gándaras con el débil, somos arrogantes, prepotentes, vanidosos, ególatras, avariciosos. Hemos distorsionado todo lo bueno, dándole expectativa material, si no tiene dinero no vale.
Cuando el alma sea desvestida, porque llegará inevitablemente ese día, querrás abrazar fuertemente a las personas que te amaban pero que ignoraste al cambiarlas por lo material. Querrás pedir perdón, pero las plumas se esparcieron. ¿Qué harás? Abrazarás tu mansión o a tu camioneta del año reciente, querrás vestirte de ropa de marca para no sentirte desnudo, pero ni eso de servirá de consuelo. Cuando nos volvemos orgullosos realmente estamos diciéndole a Dios “yo soy Dios, yo soy igual que tú. Realmente no hay nada que Dios abomine como los orgullosos, usualmente eso va acompañado de poder, de dinero, de vanidad y de ego, se asocian se buscan.
Comparto un pasaje de la biblia Ezequiel 28:
“Hijo de Hombre, dile al príncipe Tirón (puede ser cualquiera de nosotros), Así ha Dicho Jehová: Por cuanto se enalteció tu corazón, y dije yo soy Dios. Con la grandeza de tu sabiduría en tus negociaciones has multiplicado tus riquezas y te has enaltecido. Por cuánto pusiste tu corazón como corazón de Dios.
Por tanto, he aquí yo traigo sobre ti, extranjeros, los fuertes de las naciones, que desvainarán tus espadas contra la hermosura de tu sabiduría y mancharan tu esplendor, al sepulcro te harán descender y morirás con la muerte de los que mueren en medio de los mares, hablarás delante de quien te mate diciendo yo soy Dios, tú eres hombre y no Dios en la mano de tu matador”.
Realmente me impacto, porque todos en algún momento de la vida caemos en estos círculos viciosos, de manera inconsciente, y por ignorancia, nos olvidamos de qué importante es el amor, qué importante es el buen trato a los demás, qué importante es buscar la equidad en nuestros actos hacia nuestro prójimo. Te invito a pedir perdón, te invito a pedir las cosas de favor, te invito a ser agradecido, porque cuando valoras a los demás eres humilde, y difícilmente tu corazón se engrandecerá.
Colaboración de Dashuri
México