Hoy comprendí algo, que tal vez no sea tan importante pero si es algo que cambia
mi día. Estuve pensando toda la noche, acerca de como puedo ya no querer a alguien y no sufrir por esa persona, no obtuve ninguna respuesta pero si una lección. Las personas que están a mí alrededor, son personas que me cuidan y me protegen de todo mal. Son personas que me quieren y me hacen feliz.
Para mí es inevitable corresponderles no queriéndolos. Los quiero y me quieren porque es la naturaleza; cuando conoces a alguien formas una convivencia y dentro de un tiempo se conocen mejor entre si formando una relación afectiva que les favorecen a los dos. Cuando llegué a esta conclusión, entendí que hay personas que me lastiman y otras que me curan. Antes de dormirme comprendí que no debo de hacer que muchas personas paguen por lo que hizo una sola, si no de valorar a todas y a cada una de las personas que me rodean y agradecerle a Dios por las cosas que pasan, se han buenas se han malas.
De hoy en adelante, la persona que me lastime de forma amorosa; la olvidaré y superaré el momento, ya que, hay otra persona perfecta para mí, esperándome porque supe vencer obstáculos y superar las situaciones tristes, y entender las cosa que pasan a mi alrededor y los sentimientos que ocurren en mi corazón. Agradecí esa noche a Dios por dejarme vivir esa experiencia única y aunque era muy sencilla comprenderla a fondo con los sentimientos adecuados y darme la sencillez de estar con una familia sorprendente y enseñarme los valores necesarios para luchar en esta vida.
Hay personas que dicen entender las situaciones que suceden a su alrededor pero ni ellos mismos lo creen. Al menos entendí porque soy como soy, por que tengo lo que tengo y por qué vivo lo que vivo.
Colaboración de Anele
México