A veces tenés la vida ahí al lado y simplemente te sentás a verla pasar, pasa la gente por ella sin que te des cuenta. Pero esa vida posee un suelo de arena, donde los que la compartieron pudieron dejar su huella. Quizás voluntariamente, quizás involuntariamente pero han dejado su marca allí.
Lo que yo me pregunto es: ¿Alguna vez paraste a esas personas que pasaban por ella a preguntarles cómo estaban? ¿Si necesitaban ayuda?
Muchas veces nos olvidamos de que los que nos rodean tienen sus propios problemas, y probablemente una muestra de interés por nuestra parte puede ser de gran ayuda.
Esa situación la he vivido y la vivo, y esas pequeñas muestras de cariño que me dan en esos momentos son una de las fuerzas más grandes para salir adelante.
Colaboración de BBJA
Argentina