Tengo algo que contarte,
un secreto que deja de serlo
para convertirse en caricia
y hasta tus huesos llegar a calar
Quiero hablarte de un amante
que loco de adorarte, emprendió
la partida para no deleitarse
con su triste caída
He de llegar al final de mi historia
mis demonios se han de calmar
aunque no sé si el calor que recorre
la piel, volverá...
Despues de todo, no tengo que
contarte que entre mi pecho
solventaste la pasión que yacía
en tu interior...
que mis piernas le dieron posada
a esas caderas que alborotadas
buscaban algo más que morada
y mis labios ahogaban tus gemidos
y como himno, lo sonaba mi voz.