Te pertenezco cuando ríes.
Te pertenezco cuando callas.
Cuando haces fiesta en mi boca, cuando entiendes todas mis mañas...
Te pertenezco en reclusión, en absoluta libertad, mas allá del miedo, mas allá de la tempestad...
Te pertenezco, porque es un placer pertenecerte, porque no creo en la suerte, solo en la bendición de tenerte...