Yo le di mi sangre a otra abuela, a otro abuelo. Y ahora vive en ella, en él... Piensa por sí sola, como yo, como ella. Fui empujado por el dicho, por el bicho que siempre quiso arreglar todo, sin pensar jamás si en realidad lo estropeaba. Y eso es lo que hacía.
Abuela: yo le di mi sangre a otra abuela, a otro abuelo. Y ahora vive en ella, en él... hasta que muera. Incluso después de muerto estaré por allá donde mi sangre esté, muerta, seca... Pero mientras viva yo viviré donde estuviera, vivirá mi esencia.
Yo le di mi sangre a otro abuelo, a otra abuela. No sé este abuelo la quería realmente. Si quería vivir a toda costa... debía saber que con mi sangre ya no sería él mismo, sino otro abuelo con sangre nueva. No sé si es eso lo que quería... vivir a toda costa, con otra persona en sus venas. No sé si es eso lo que quería o, de otra forma, morir y resucitar como sí mismo. ¿Es cobardía u otra forma de vencer la muerte: resucitando como otro, con la sangre de otro, en la misma vida?
Abuela: yo le di mi sangre, que es parte de la tuya, a otro abuelo, como en la guerra. Sin saber a quién se la daba, sin saber a dónde iba... Quizá me perdiera. Allá donde fuere, fui con el otro. Y otro fui. Siempre otro, siempre yo. Viviré mientras viva. Y mi sangre vivirá mientras viva yo y morirá cuando yo muera.
Yo le di mi sangre a otro. Fui empujado por el dicho, por el bicho que quería arreglarlo todo.