Aprendí a jugar con los sentimientos de las personas desde aquel día en que borraron mi sonrisa, sueños e ilusiones.
Me llené de ira, desilusión, pero sobre todo de odio, sigo vivo de milagro, aunque realmente no se si estoy vivo o muerto, me hice inerte a los sentimientos.
Si lloro no es que esté triste, si sonrío no precisamente es que este feliz, a veces necesito tener buen maquillaje para disimular las imperfecciones de mi vida.
Mis palabras ya no son puras ni reales, pues todas llevan veneno que van con la intención de hacer sufrir al prójimo, con solo entrar a sus oídos les aseguro una dura, lenta y despiadada ilusion.
¿Por qué?
Porque todo será un engaño.
Aprendí a herir, a pisotear corazones sin razón alguna, a reír cuando todos lloran, a matar toda felicidad, a dar amor falso, y si te preguntas el porque de todo ésto... Es porque mataron mis sonrisas, sueños e ilusiones.